Este jueves 18 de mayo de 2023 siendo un día nublado, se cumplieron 43 años de la muerte de Ian Kevin Curtis, líder de la banda Joy Division y pilar fundamental de lo que hoy conocemos como música “Post Punk”. Tras su muerte un legado musical, letras melancólicas y sobre todo, un movimiento mundial que más tarde pasaría a ser único y exclusivo de una ideología melancólica.
Criado en Hurdsfield (en el extrarradio de Macclesfield), Ian Curtis era un joven mancuniano introvertido de clase media, devoto de la música de David Bowie, Lou Reed e Iggy Pop, fanático de la literatura de Kafka y la poesía modernista. Padecía de epilepsia y un leve grado de agorafobia.
En 1976, durante un concierto de los Sex Pistols en el Manchester Lesser Free Trade Hall, Curtis coincidió con Peter Hook y Bernard Sumner, futuros bajista y guitarrista de Joy Division. Formaron una banda llamada Warsaw que, posteriormente, rebautizaron como Joy Division.
Curtis fue un hombre bastante reflexivo y un poeta. Lo demostró en sus letras, en canciones como «She’s Lost Control», cuya letra habla acerca de una chica que fue a pedir empleo al lugar en donde él trabajaba y que sufrió un ataque epiléptico. Días más tarde él se comunicó con la familia de la joven y supo de la muerte de la misma, lo cual afectó gravemente a Curtis.
Fue notable el tono depresivo y seco de las letras de sus composiciones, presente en canciones como «Disorder», «The Day of the Lords», «Love Will Tear Us Apart», por poner solo algunos ejemplos. Estos temas llevaron a los fans, e incluso a su propia esposa, Deborah, a creer que estaba cantando sobre su propia vida. Curtis una vez comentó en una entrevista que escribía sobre “las diferentes formas que la gente tiene para superar ciertos problemas y cómo hacen para adaptarse a ellos”. Su voz de bajo le hacía parecer mucho más entrado en años de los que realmente tenía —23 en el momento de su muerte— e impregnaba de oscuridad las canciones de Joy Division.
Joy Division era un grupo extraño. Y entre sus muchas rarezas se encontraba la fascinación por la estética nazi, algo que compartieron con muchas bandas de la época, que encontraban en ello una forma de provocación.
La década de los 70 tocaba a su fin, y el efímero fenómeno del punk pedía a gritos una renovación interior, un soplo de aire fresco. Y aquel extraño joven y su banda estaban dispuestos a poner su grano de arena.
Suicidio de Ian Curtis y Closer
En marzo de 1980, grabaron el material de su segundo disco, Closer y el sencillo «Love Will Tear Us Apart». El tratamiento médico de Curtis no ayudaba y su condición general parecía agravarse a medida que la agenda de la banda aumentaba. Sus ataques continuaban, incluso en escena. Durante un concierto como teloneros de los The Stranglers, perdió el control de sí mismo y derribó la batería. Tres días después intentó suicidarse con una sobredosis de fenobarbital. La noche siguiente debió ser reemplazado en el concierto del Derby Hall por Bury. La gente, que esperaba a Curtis, comenzó un verdadero caos donde no faltaron golpes y botellas volando. Curtis vio todo entre bastidores y no pudo dejar de sentirse responsable.
El 2 de mayo, Joy Division dio su último concierto en Birmingham. Este concierto, la única vez que tocaron «Ceremony», aparecería luego en el disco doble Still. Dos semanas después, iban a partir a Estados Unidos para hacer su primera gira en ese país.
En la mañana del domingo 18 de mayo de 1980, Curtis estaba viendo el filme Stroszek, al terminar el filme puso el disco The Idiot de Iggy Pop y tras escribir una nota a su esposa, se ahorcó en la cocina de su casa, con una cuerda de tender la ropa. Dos meses después, «Love Will Tear Us Apart» alcanzó el Top 20 de los charts británicos, mientras que Closer llegó al Top 10. Cuando parecía que eso era todo y que la carrera de la banda estaba terminada, Sumner, Hook y Morris formaron New Order. El grupo continuaría el camino de Joy Division incorporando otros ritmos y ampliando su horizonte de experimentación, pero manteniendo siempre su independencia y calidad. No puede negarse la influencia de Curtis en este cambio de dirección.
Natalie Curtis, Hija de Ian
Al momento del suicidio de su padre, Natalie tan sólo tenía un año de edad, hoy en día comparte estas palabras con el mundo.
“Creo que mi mayor problema ha sido que al parecer todo el mundo ha querido buscar una razón al suicidio de mi padre. Pienso que muchas veces la gente se deprime por algo malo que les ocurre, lo que es algo absolutamente normal. Pero también creo que, cuando a las personas que tienen una enfermedad mental les ocurren cosas negativas, esa condición se tiende a exacerbar. Ian no se mató porque le ocurrió esto o aquello, yo creo que él tenia una enfermedad mental y no pudo soportar la serie de cosas que le sucedieron. Lo que quiero decir es que la razón del suicidio de mi padre no se debió a un hecho aislado, como haber conocido a una chica belga o haber querido abandonar Joy Division. El se mató simplemente porque tenía una enfermedad mental. Y es eso lo que yo encuentro frustrante, que en la película Control (del fotógrafo y director holandés Anton Corbijn) en ningún momento se muestra lo seriamente enfermo que estaba Ian, lo inestable que era su estado de ánimo. Pero bueno… al final se trata sólo de una película que quiere mostrar el mito. Pero ojo que no quiero parecer desilusionada con la película ni nada de eso, por el contrario quede muy conforme y aprendí mucho, aunque reconozco que hubo momentos muy estresantes”.
El legado de Ian Curtis
El legado musical de Curtis es un tesoro inigualable en la historia de la música. La canción «Love Will Tear Us Apart», la cual se dice que fue “totalmente personal y autobiográfica”, ha sido aclamada, adaptada e influenciada por diversos artistas como: Tori Amos, Björk, Nick Cave, Simple Minds, Nerina Pallot, The Cure, Arcade Fire, Bloc Party y U2 entre otros.
Tanto su imagen como su estilo de actuar sobre el escenario y el tipo de música ha sido imitado por algunos artistas como Robert Smith, Bono, Sinéad O’Connor, Morrissey, Peter Murphy o Paul Banks entre otros.
IAN CURTIS FOREVER